23 de enero de 2024
Imagen de ordenadores utilizados en una clase de la FPCEE.
Miquel Àngel Prats: “Perdemos una gran oportunidad de educar”
El coordinador del Máster Universitario de Liderazgo e innovación Educativa explica por qué cree que es incorrecto prohibir los dispositivos móviles en los recintos escolares.
Recientemente hemos visto cómo se ha instaurado la prohibición del uso de los teléfonos móviles en los recintos escolares. ¿Qué crees que ha incitado esta medida?
Tenemos un problema de gobernanza alrededor de los dispositivos digitales, tanto en el ámbito doméstico como en el ámbito escolar. Los adultos no somos un buen ejemplo, en cuanto a la utilización de los móviles en la vida cotidiana, entonces, como que no sabemos cómo hacerlos funcionar, y como no sabemos cómo liderarlo, la solución es prohibirlos. Y esta es una postura muy fácil.
Yo creo que lo que nos hace falta, sobre todo, es formación y mucho acompañamiento, a las familias, al profesorado, pero sobre todo, al alumnado.
¿A quién corresponde esta tarea de formación?
Yo te diría que no es una cuestión únicamente y exclusiva de la escuela, sino que es sistémica. Cuando digo que es sistémica quiero decir que esta formación y esta ejemplaridad, nuestros chicos y chicas (adolescentes, niños) lo tienen que ver tanto en casa como en la escuela.
Por lo tanto, la escuela, por un lado sí que tiene que instruir y tiene que enseñar buenos usos y, por lo tanto, la manera de cómo utilizar estas herramientas para un aprovechamiento correcto, académico.
Por otro lado, en casa se tienen que establecer ciertas normas y cierta regulación: hace falta un tipo de liderazgo. Es decir, es una cuestión de 360: tanto familias como educadores tienen la responsabilidad.
En varios artículos te has mostrado a favor del uso de la tecnología a las clases. ¿Por qué?
Por todas las ventajas que aportan las tecnologías digitales al aprendizaje. A pesar de que no hay estudios que acaben confirmando que los alumnos aprenden más y mejor, tampoco hay estudios que acaben defendiendo que aprenden menos. En este sentido, probablemente tendremos que empezar a buscar cuáles son aquellas tecnologías que ayudan más en aquellos contenidos determinados y, por lo tanto, buscar momentos en que las tecnologías puedan ser realmente potentes, sobre todo por ser muy ejemplificadoras de algún concepto en concreto. Así pues, nosotros estamos a favor siempre de utilizar las tecnologías, pero no de estar enganchados al móvil, a la tableta o al ordenador. Se tienen que encontrar los momentos adecuados y oportunos.
La segunda razón es porque creemos, también, que en un mundo como el nuestro, que cada vez está más digitalizado, hay que hacer una formación, un acompañamiento y una educación en el ámbito de la alfabetización mediática. Es decir, del pensamiento crítico, que nuestros alumnos sepan contrastar la información que ven y sepan verificarla. Tienen que saber si aquello que están consumiendo mediáticamente es realmente cierto o no. Y más en un momento en que la inteligencia artificial ha estallado de manera tan espectacular. Por lo tanto, hay que darles herramientas para que sepan si aquello que están leyendo, aquello que están consumiendo mediáticamente es cierto o no lo es.
En tercer lugar, hay una cuestión también de criterio. En el fondo, muchas veces decimos que una persona es competente digitalmente, no tanto porque tiene conocimientos o tiene habilidades, destrezas y muestra aptitudes, sino también porque sabe desconectar y es capaz de hacerlo. Desconectar digitalmente para conectar personalmente. Podemos decir que una persona competente digitalmente es aquella persona que también es capaz de decir “no” para conectar con las otras personas.
¿Qué podría ser un ejemplo de un buen uso de las tecnologías en las aulas?
Un claro ejemplo es el contraste de las noticias que van saliendo día a día en el mundo de la información y de la comunicación; saber exactamente y hasta qué punto es verdad aquello que estamos leyendo (los datos que salen, etc.).
Otro ejemplo claro y muy interesante en este sentido es conocer la lógica en que están fundamentadas buena parte de estas tecnologías. Todo lo que sería trabajar el pensamiento computacional en la robótica, saber programar un aparato, saber crear una aplicación y, por lo tanto, conocer los cimientos de algorítmica y ser capaces de saber un poco cómo funciona un dispositivo digital, son muy interesantes también para entrar dentro de todo este ecosistema digital. Sobre todo para desmitificar un poco la magia que hay detrás de estos aparatos digitales.
Algunos directores de centros educativos creen que esta medida causará el efecto contrario, mientras que otros creen que aumentarán las interacciones frente a frente entre estudiantes. ¿Tú que opinas?
Todo depende un poco de cuál sea el plan estratégico que nosotros tengamos a la hora de utilizar las tecnologías digitales. Si somos capaces de encontrar los momentos más adecuados a la hora de utilizar las tecnologías, pondremos ciertas medidas. Creo que todo depende del equilibrio con el que seamos capaces de utilizar con la justa medida estos aparatos. Y también de si somos capaces, como adultos, de tener un comportamiento ejemplar ante nuestros niños y adolescentes. Yo creo que esta es la mejor herramienta.
Tenemos que estar al día sobre lo que consumen, poder hablar su propio lenguaje. A mí me sabe muy mal, pero muy a menudo padres y madres desconocen el ecosistema mediático, los creadores de contenido que en estos momentos se mueven en algunas plataformas, como puede ser Twitch o YouTube. Y esto es un problema. Les tendría que interesar, porque es el que su hijo está consumiendo. Por lo tanto, es una cuestión de todos.
Fuiste uno de los participantes en el proyecto de la Fundación Bofill para impulsar la transformación digital de la escuela, en el cual se habla de un aprendizaje híbrido. ¿En qué consiste este modelo?
Con la Fundación Bofill estuvimos trabajando sobre todo en pandemia y después de la pandemia. Entre otras cosas, porque se hablaba de educación híbrida por todo el contexto que se vivió con la educación digital. Y nos supo muy mal porque, precisamente, el que se vivió fue educación en línea de emergencia. Es decir, no fue educación híbrida como tal.
Cuando hablamos de educación híbrida es sobre todo la capacidad y posibilidad de flexibilizar espacio y tiempo utilizando tecnologías digitales. Por lo tanto, un modelo híbrido es aquel que es capaz de concebir un espacio y un tiempo con el uso de las tecnologías digitales, de manera completamente diferente. Pondré un ejemplo: imagina que vienes a clase y, de repente, tienes una conferencia con un profesor extranjero. De forma que, durante cincuenta minutos, estás escuchando una conferencia de un profesor extranjero, pero a la vez estás en clase y, entonces, el tiempo restante, puede haber un pequeño debate con tu seminario alrededor de la conferencia que ha habido con aquel profesor extranjero. E imagina, precisamente, que aquel profesor extranjero está haciendo aquella conferencia para tres o cuatro escuelas a la vez.
Está claro, este es un concepto muy diferente de entender la flexibilidad del espacio y la del tiempo. ¿Estás en clase? Sí, pero estás escuchando un profesor de fuera. Y después aprovecharás el rato del seminario para debatir con tus compañeros sobre lo que has escuchado de un profesor, en este caso, extranjero.
Es el uso de las tecnologías para aprovechar mejor también el espacio presencial. Y por lo tanto, de qué manera transitas entre la virtualidad y el presentismo. Encontrar el equilibrio, en este caso, entre los espacios digitales y los espacios presenciales. Sobre todo, para también revitalizar la presencia y volverla a dotar de significado.
Algunos directores de escuelas que ya han implementado estas medidas afirman que han obtenido un resultado positivo, que han detectado un uso menor de los teléfonos. ¿Crees que es un resultado positivo verdadero o es que los alumnos han aprendido a ocultar el teléfono ante los responsables?
Primeramente, como todo este tema de los móviles no lo hemos trabajado seriamente, tampoco hemos sabido explicar muy bien cómo se obtienen las mejores experiencias del uso de los dispositivos móviles en el aula.
En segundo lugar, habría que hacer un gradiente. ¿Hace falta que los niños de primero y de segundo de primaria utilicen los móviles? Pues quizás no. Quizás lo que hace falta es que primero utilicen una tableta para que los podamos educar después en el uso de otros tipos de dispositivos digitales.
Y más adelante ya tendrán la posibilidad de tener un teléfono móvil, pero primero eduquémoslos en el uso otras herramientas. Por lo tanto, el uso de todo este tema digital habría que ordenarlo, ser un poco estructurados alrededor de esto.
Creo que el hecho de empezar a dar aparatos sin ningún tipo de orden o criterio es un problema. Probablemente no nos hemos sabido explicar bastante bien alrededor de todo esto y se ha empezado enseguida a dar aparatos digitales sin que haya habido cierto criterio.
Y esto me sabe mal, porque en el fondo también perdemos una oportunidad de educar a los niños en este sentido y alrededor de estas cuestiones. Cómo te decía, la prohibición no nos ayuda absolutamente en nada. Por lo tanto, como autocrítica, diría que la próxima vez tendríamos que sabernos explicar mejor sobre cuál es el dispositivo digital que hace falta en cada una de las edades y cuáles son los contenidos y los procedimientos a trabajar en cada una de estas edades, porque cuando lleguen a tener un dispositivo o un terminal inteligente, tengan los conocimientos necesarios para usarlo.
En un futuro, ¿Qué crees que puede significar esta generación que no habrá aprendido a tener la visión crítica ante las tecnologías?
Que estén perdidos y, probablemente, que no sepan discernir la información, que se sientan más engañados a la hora de leer, que no tengan criterio, o que se pierdan este tipo de competencia digital, no solo de conocimientos sino de procedimientos y también de actitudes.
Por lo tanto, tenemos un problema serio. Es decir, si no lo hacemos en la escuela, en casa tampoco se hará. Y si no se hace en casa, ya me dirás tú donde se aprende esto. Entonces, aquí perdemos una gran oportunidad de educar, de formar y de, sobre todo, acompañar. Ya veremos como acaba todo esto, entre otras cosas porque, mientras en algunos países nos estamos planteando la prohibición de los móviles, a la vez hay otro tipo de tecnología, como puede ser la inteligencia artificial, que está tocando la puerta. Y lo hace con mucha fuerza.
Noticias relacionadas
11 de julio de 2023
Jornadas de verano para maestros Blanquerna: “Objetivo la Tierra, ¡cómo mejorarla desde el espacio!”
3 de octubre de 2022
Blanquerna-URL gana el premio “UNESCO ICM Martial Arts Education Prize” con AUTJUDO
27 de septiembre de 2022
BarcelonActua y Blanquerna-URL exploran nuevas vías de colaboración
- Compartir: