6 de octubre de 2022
"El boom de la práctica deportiva en el espacio público obligará a los ayuntamientos a regular su uso"
El profesor del grado en Gestión Deportiva Blanquerna-URL, Jordi Viñas, se licenció en CAFE poco después de finalizar los Juegos Olímpicos de Barcelona y se especializó en gestión deportiva con un máster en la Universidad de Loughborough (Inglaterra) y un MBA ESADE.
Desde 2005, es socio director y fundador de Itik Consultoría Deporte & Ocio SL, desde donde realizan estudios de planificación estratégica, de viabilidad económica y estudios de investigación social aplicados al deporte para organizaciones del sector público y privado. Conoce bien el mundo del deporte desde que era un niño: "Soy de Terrassa, jugaba a hockey sobre hierba y después fui coordinador de la escuela de hockey del club donde jugaba". La gestión deportiva en Inglaterra tiene una larga tradición que en Barcelona se impulsó con los Juegos Olímpicos. En estos momentos del boom del deporte, el profesor Viñas afirma que Barcelona sigue muy bien posicionada para generar muchos puestos de trabajo en este ámbito.
¿Por qué en Inglaterra iban mucho más avanzados que nosotros?
La industria del deporte está mucho más madura, en todos los ámbitos. En el mundo del fitness llevan muchos más años que aquí, de hecho la mayoría de multinacionales del mundo del fitness son inglesas. Los ingleses inventaron muchos de los deportes que practicamos y tienen una inversión, una cultura y una industria mucho más desarrolladas que aquí.
En Cataluña y en el País Vasco hay más tradición en el ámbito deportivo, pero es evidente que los Juegos Olímpicos de Barcelona marcaron un antes y un después. ¿Se puede decir que a partir de los Juegos Olímpicos se impulsó también la gestión deportiva y se entendió el deporte también como un negocio?
El deporte entró en la Península Ibérica a través de Cataluña, sobre todo por las relaciones comerciales con el norte de Europa y especialmente con Inglaterra, que son los que se inventaron estos deportes, por eso encontramos clubes deportivos centenarios, en nuestra casa. En España, la gran mayoría de los clubes de tenis, de hockey, de natación, etc. son todos catalanes; también hay algunos en el norte de España, en Euskadi y Navarra, pero son sobre todo en Cataluña y por eso en Cataluña, ahora mismo, todo el tejido asociativo es casi comparable al del norte de Europa. En estos momentos en Cataluña hay más de 8.500 clubes, con una gestión deportiva aún, en muchos casos, amateur. A partir de 1993, el Ayuntamiento tomó una decisión muy valiente y única en ese momento: que todas las instalaciones deportivas que se habían construido para los Juegos -no tanto el Estadio Olímpico y el Palau Sant Jordi, que son macroinfraestructura , sino todas las que se construyeron para que los equipos entrenessin- no las gestionaría directamente sino que las cedería con una prestación de servicios a organizaciones externas, ya fueran clubes especializados o empresas. Para gestionarlas no era necesaria una gran inversión, por lo tanto, era relativamente fácil que unas cuantas personas con ganas de emprender, sin capital inicial, pudieran entrar a gestionar una con una prestación de servicios. De aquí han salido muchas de las empresas de gestión deportiva catalanas que tienen una especialización y que se han expandido por toda España, incluso por toda Europa. Y eso, que se llama el modelo Barcelona, hace que hoy en día el presupuesto del Instituto Barcelona Deportes sea casi equivalente a un 20% del presupuesto que tiene el Ayuntamiento de Madrid en materia deportiva. En Madrid, como no tienen este tejido asociativo, se ven obligados a hacer una gestión directa con una capacidad de gasto mayor.
¿Cuándo comienza el boom del deporte en España?
El boom del deporte de competición reglada comienza en los años ochenta. Después, a finales de los ochenta, principios de los noventa, vendrá el mundo del deporte-salud, el deporte-educativo, etc. Cuando el deporte pasa a ser cada vez más federado, en los años setenta / ochenta, que es cuando se convierte en más masivo, en España ya estamos en el momento de la Ley del Deporte, que es de 1990.
Coincidiendo con el inicio de la democracia.
Sí, se decide que el estado democrático tenga la actividad física y el deporte como un elemento importante del que se encargarán las administraciones locales. Entonces, estas administraciones se ven con la obligación por ley de empezar a construir equipamientos, proporcionar actividades deportivas pero no tienen el tejido sobre el que apoyarse; es el momento en que, por ejemplo, en Andalucía, Extremadura, Madrid se hace directamente desde los ayuntamientos, por eso es muy difícil que, después, se genere este tejido asociativo, porque ya tienes la administración pública que lo cubre.
Pasamos de hacer gimnasia únicamente como asignatura en la escuela a la práctica masiva actual, que con el COVID ha acentuado y ahora es una especie de locura colectiva...
Y aún tendremos más revoluciones. El deporte como salud, que se inicia en los años noventa, ha ido in crescendo, y desde el punto de vista sociológico todavía queda camino por recorrer. Antes se hacía deporte únicamente cuando eras joven y no todo el mundo y, con el tiempo, las personas mayores se han ido incorporando en la medida que los médicos lo aconsejaban. Esta brecha, que sería equivalente a la brecha digital, se ha ido acortando cada vez más, pero aún ahora queda un pequeño segmento de población que hizo deporte de joven y no ha vuelto a hacer. De acuerdo con algunos estudios sociológicos, pronto, esto será un continuo. Hay que tener en cuenta que este incremento potencial equivale a millones de personas. Si vamos a países como Australia o Nueva Zelanda, los índices de práctica deportiva en la población adulta, a partir de los dieciséis años, son muy superiores a los que tenemos aquí. Por lo tanto, todavía queda un cierto recorrido. Queda poco, pero queda. Y luego está el segundo nivel, que es el de intensidad de la práctica. Una cosa es hacer deporte cada quince días para que vas a caminar por la montaña, y el otro es hacer deporte dos o tres veces por semana. Por lo tanto, este segundo nivel también tiene, todavía, recorrido por hacer. Es vital el deporte, hoy, y especialmente ahora, con el COVID, se ha puesto de moda. Creo que esto ha venido para quedarse.
La invasión de la montaña, de los paseos marítimos, etc. es bueno? Nos estamos excediendo? Ir a caminar o en bicicleta, además, es gratis. ¿Puede convertirse en un negocio?
El deporte en el espacio público es uno de los puntos a debatir. En Blanquerna hemos hecho investigación gracias a la financiación de RecerCaixa sobre el uso del espacio público para la práctica deportiva. Hemos analizado este deporte en Barcelona, en Bilbao y en Málaga. Aquí hay un potencial de actividad económica espectacular. El problema es que los ayuntamientos, los municipios, aún no lo tienen regulado -no desde el punto de vista de la fiscalización sino desde el punto de vista de la regulación. Si yo tengo una parada para vender un producto, pagaré unas tasas para ocupar ese espacio y para hacer una actividad económica. Si yo hago de entrenador personal de un cliente que entrena por el paseo marítimo, estoy utilizando el espacio público, estoy haciendo una actividad económica -quiero pensar que legalmente y con factura-, pero no pago ningún tipo de impuesto al ayuntamiento para utilizar este espacio. Esta práctica ha ido más allá de lo que es el entrenador personal; ahora tenemos lo que entrena el equipo de voleibol en la playa, y los centros de fitness han empezado a montar actividades en el espacio público. Es un problema que la administración pública, y sobre todo la administración local, debe solucionar.
¿Los ayuntamientos son conscientes de que esto hay que regularlo?
Los ayuntamientos grandes, sí. Están intentando encontrar una solución pero la industria y la demanda van más rápidas que el movimiento que puede hacer una administración pública. El Ayuntamiento de Barcelona tiene un problema, el Ayuntamiento de Madrid tiene un problema, en Bilbao también ... Es decir, las grandes ciudades son conscientes.
Ahora hay un poco de caos con los patinetes, bicicletas, etc. Da sensación de inseguridad.
Especialmente en puntos críticos de la ciudad, uno de los cuales es el paseo marítimo. Está claro que hay que regular, de hecho, ya hay un proyecto. Nosotros, como empresa, hemos hecho el Plan de equipamientos deportivos de la ciudad de Barcelona, en el que está todo el frente marítimo, desde Port Forum hasta el Puerto Olímpico, que se está repensando y se está viendo como se quiere reorientar. Un buen ejemplo de que la demanda puede ser imprevisible lo encontramos en la plaza del MACBA, precisamente; es considerado el spot -los skaters hablan de spots-, que es el lugar de más atractivo para los skaters a escala europea. Hay jóvenes que cogen el avión y vienen a Barcelona sólo para patinar en la plaza del MACBA, grabarlo y colgarlo en las redes sociales.
¿Por qué lo consideran un emplazamiento?
No, por cómo se diseñó aquella plaza. Seguramente el que diseñó la plaza no pensó en eso, pero es que es una plaza 100% dura, con desniveles, con escaleras, con barandillas, etc. Es claramente un punto de reconocido prestigio mundial. Por lo tanto, el skate genera impacto económico en turismo, en hoteles, quizás más en hostales que en hoteles de cinco estrellas, pero genera un impacto económico clarísimo.
Pasa lo mismo con la montaña. La invasión del Montseny, del Berguedà... ¿Esto se debería limitar o regular también?
Es una problemática diferente. Porque ahí sí que no hay una actividad económica y, por tanto, el espacio público es público y la gente tiene derecho a utilizarlo. Lo que hay es concienciar a la población sobre el respeto a la naturaleza, sobre el uso de los espacios naturales. Y también prever una cierta gestión del espacio, en especial a partir del control del espacio donde aparcas el coche.
¿Qué recorrido tiene aún el deporte al margen de esta práctica masiva?
El deporte como vehículo de inserción laboral entre la gente más joven, por ejemplo. En un país con unos niveles de paro juvenil espectacularmente elevados, la actividad deportiva es un buen vehículo de inserción laboral, incluso para aquellas personas que no han estudiado CAFE o Gestión Deportiva. Es decir, para aquellas personas que, vinculadas de una manera u otra en el mundo del deporte, continúan estudiando su carrera o haciendo sus estudios aunque no sean universitarios, y adquieren unas competencias necesarias para puestos de trabajo de menor calificación y con responsabilidades menores trabajando de monitores o de lo que sea. La actividad deportiva en la gente joven es un vehículo de inserción laboral excelente. Por otra parte, también es un vehículo de cohesión social muy importante y muy utilizado, pensamos, por ejemplo, en entidades como el Casal de Niños del Raval y en infinidad de organizaciones del tercer sector que ven el deporte como un vehículo, un instrumento de transformación social. Y está muy bien que se instrumentalice el deporte para conseguir fines sociales positivamente. También desde el punto de vista de urbanismo. Ya hay ciudades que están diseñando sus espacios de manera que faciliten este movimiento activo. Por ejemplo, en el norte de Europa, con el diseño de las paradas de metro un poco más lejos de los equipamientos públicos, por lo que te obligue a caminar un poco más, así se está incitando que la gente camine o vaya en bicicleta y practique una movilidad sostenible. Todo esto necesita un repensamiento urbanístico de las ciudades que es muy difícil de llevar a cabo cuando tienes la ciudad hecha. Aquí en Barcelona tenemos los ejemplos de las supermanzanas, con los elementos que facilitan este movimiento y con todos los pros y contras que implica.
En una ciudad con tantas subidas como Barcelona, una ciudad que no es Amsterdam, ¿es útil el uso de la bicicleta?
Lo tenemos más difícil. El Bicing ha hecho estudios que confirman que las paradas cerca del mar están llenas y, en cambio, las de la parte alta están vacías. La gente sube en metro y baja en bici, porque tampoco tiene gracia llegar al trabajo completamente sudado. Se entiende. Pero se puede hacer y sencillamente hay que tenerlo previsto.
Económicamente, ¿cuál es el recorrido que tiene todavía el deporte?
Hay toda la parte de los e-sports, todo lo relacionado con la tecnología vinculada al mundo de la práctica deportiva, a los videojuegos. Ahora ya se habla también de los v-sports, que son los virtual sports, con gafas de realidad virtual. Aquí sí hay un movimiento motor en el que participas no sentado delante de un ordenador, sino que te mueves y compites de manera virtual. Esto va muy ligado al desarrollo tecnológico y está empezando a desarrollarse. Seguramente no es lo mismo que la transformación social que comentaba antes, pero sí, evidentemente, generará puestos de trabajo y actividad económica donde se trabaje. Y aquí, Barcelona, una vez más, desde el punto de vista tecnológico, ha dado un gran paso en estos últimos años y, por tanto, está muy bien posicionada.
¿Cómo definiría los perfiles profesionales de CAFE y de Gestión Deportiva?
En el mundo de la gestión deportiva te encuentras personas que evidentemente tienen una cierta vinculación con el deporte pero en ningún caso relacionada con la práctica de la actividad sino que más bien con el mundo de la administración de este deporte. En cambio, en CAFE, posiblemente, muchos de los que entran lo hacen porque son practicantes del deporte y tienen una voluntad de trabajar en la industria del deporte. Los del grado en Gestión Deportiva seguramente imaginan trabajando en el mundo de la gestión, y más concretamente en la gestión deportiva, desde el patrocinio deportivo hasta la gestión del deporte profesional. El grado de Gestión Deportiva está orientado, en un 90%, hacia la gestión de servicios deportivos. Hay otra vertiente del mundo del deporte, el relacionado con el producto deportivo: la ropa deportiva, productos tecnológicos de deporte, relojes, máquinas de fitness, etc. Toda esta parte del retail tiene, también, mucho recorrido; es necesario formar profesionales especialistas en los diferentes segmentos de clientes potenciales.
Otro gran negocio que, evidentemente, también está creciendo. Mucha de esta gente que decíamos que sale a caminar lo hace con ropa deportiva mucho más sofisticada que años atrás.
De hecho, desde el Indescat (el clúster de la industria del deporte en Cataluña) se hizo un estudio que demostraba que, en el momento de la crisis del 2008-2013, hubo una bajada del número de personas abonadas a las instalaciones deportivas. El motivo de este descenso era que la gente tenía menos ingresos y no lo podían permitir. Pero hay otro elemento que se debe tener en cuenta: mucha gente se había borrado del gimnasio e iba a correr por el paseo marítimo, pero se gastaba dinero en ropa deportiva, en tecnología, en carreras, etc.; si lo comparamos con la cuota mensual del gimnasio, les salía más caro. Por tanto, el descenso de usuarios de las instalaciones deportivas no se puede atribuir únicamente a temas económicos. Los costes que tiene practicar deporte pueden ser elevados, y hasta ahora solo hablamos de correr pero imagínate si te da por hacer triatlones, ciclismo o deportes donde necesitas aparatos que valen mucho más dinero.
A quién va dirigido el máster Universitario en Gestión de Organizaciones y Proyectos Deportivos (Sports Management), del que usted también es profesor?
Tenemos estudiantes de procedencia diversa, personas que han hecho administración de empresas y al que le gusta la industria deportiva y que necesitan una pincelada de lo que es la industria del deporte, que no tiene nada que ver con otros tipos de industrias. Pero, fundamentalmente, una buena parte de las personas que hacen este máster provienen del grado de CAFE, también de Publicidad. El mundo del deporte es muy diferente de otros tipos de industrias. Y explico por qué. Por un lado porque los agentes que ofrecen servicios deportivos son muy heterogéneos: hay clubes deportivos que son entidades sin ánimo de lucro, federaciones, empresas, entidades asociadas a la administración pública, empresas con ánimo de lucro pero que solo trabajan en partenariado con el sector público, etc. Son maneras de hacer totalmente diferentes. También hay empresas del tercer sector, empresas sociales, todo el mundo del voluntariado, que en el mundo del deporte es importante; en este caso, hay que tener presente que gestionar voluntarios no tiene nada que ver con la gestión de personas que trabajan contigo de manera remunerada.
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