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Seis reflexiones sobre el impacto del COVID-19

Seis reflexiones sobre el impacto del COVID-19

5 de mayo de 2020

Seis reflexiones sobre los cinco ámbitos en los que Blanquerna imparte docencia e investiga: comunicación, relaciones internacionales, salud, deporte y educación.

En el Boletín del mes pasado publicamos el testimonio de diez personas sobre la forma en la que vivían el confinamiento iniciado el 14 de marzo. Ahora, al cabo de un mes, hemos pedido seis reflexiones sobre los cinco ámbitos en los que Blanquerna imparte docencia e investiga: comunicación, relaciones internacionales, salud, deporte y educación.

En el ámbito de la salud, era ineludible hablar de la psicología, aunque la tarea del personal sanitario merece un capítulo aparte que trataremos más adelante. Hemos añadido, sin embargo, una reflexión sobre la bioética, una disciplina de la que se habla poco, pero que define y valora la forma en que asistimos a las personas cuando enferman o necesitan atención.

El equilibrio necesario entre anticipar y vivir el presente

La situación que estamos viviendo conlleva cambios constantes y demasiado rápidos de digerir. La capacidad de anticipar se despliega en situaciones inciertas que fomentan la ansiedad y, por tanto, el miedo. Esta capacidad es necesaria, pero, si se utiliza de manera desmesurada, puede hacer que no nos damos cuenta de lo que ahora estamos viviendo. Cabe recordar que el futuro sólo se puede trabajar desde el presente. Por lo tanto, el equilibrio entre anticipar y vivir el presente es un aprendizaje necesario. Asimismo, tal y como afirma Albert Ellis, la capacidad para tolerar la incertidumbre y, a pesar de los acontecimientos, poder tomar decisiones y actuar, también es una capacidad fundamental y más en nuestros días.

La psicología positiva nos recuerda que el ser humano tiene una gran capacidad de adaptarse, de ser creativo, de encontrar sentido a la vida e incluso de crecimiento personal ante las experiencias más extremas. Este virus nos recuerda las prioridades, lo que es básico, la humanidad compartida y la irrenunciable necesidad de la solidaridad. En situaciones límite puede brotar, de manera intensa, tanto la lucha por la supervivencia, de uno mismo y de la gente cercana, como esta solidaridad, como en el caso, por ejemplo, los numerosos voluntarios que ofrecen en estos momentos su ayuda ; en nuestro ámbito, la psicología, una multitud de psicólogos ofrecen, voluntariamente, apoyo y orientación para hacer frente a las consecuencias de la pandemia.

Una vez más, la actitud es lo primordial, la que nace de darnos cuenta que todos formamos parte de un conjunto, por lo que el sentimiento de comunidad, como decía Alfred Adler, será la base desde la que podremos vivir y sobrevivir gracias al esfuerzo y participación de todos. Desde esta visión de la interdependencia, la generosidad, la paciencia, la igualdad, el agradecimiento, etc. brotan de manera natural, sin esfuerzo.

Dra. Núria Farriols, profesora del grado en Psicología de la Facultad de Psicología, Ciencias de la Educación y del Deporte Blanquerna-URL

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El pensamiento presistemático del maestro

La noia de la xarcuteria m’explica la situació familiar amb el confinament. Té una nena de deu anys amb problemes de comprensió lectora i un adolescent mandrós de tretze. Ella treballa tot el dia. Per sort, ha aconseguit que una veïna de l’edifici acompanyi els nens una estona cada dia.

Acompanyar és la paraula clau. Sense relació pedagògica no hi ha aprenentatge. La màquina no ens dona l’alegria de veure la cara de la mestra cada matí, ni de fer el bon dia en rotllana. És un substitut útil que no hem de sobrevalorar: anem a buscar qui ens pugui ensenyar, una persona per esmorteir la màquina.

Lluís Duch parlava del pensament presistemàtic del mestre: un conjunt de supòsits previs que l’orienten a la vida i en la seva relació amb la cultura com a eina simbòlica per fer present l’absent. En aquests moments, potser recuperar el pensament presistemàtic del mestre fora una bona manera de respondre als reptes que la tecnologia per si mateixa no pot pensar. En l’acció d’ensenyar, hi ha l’experiència de qui pot orientar-se a la vida: el nucli valuós de l’humà. Serà aquesta la lliçó del virus?

Dra. Anna Pagès, profesora de ciencias de la educación de la Facultad de Psicolgoía, Ciencias de la Educación y del Deporte Blanquerna-URL

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La parálisis del deporte, forjador de las identidades individuales y colectivas

A raíz de este brote epidémico del COVIN-19, la ciudadanía se ha visto privada de una actividad, la deportiva, que da forma a nuestro tiempo libre y que nos permite forjar nuestras identidades individuales y colectivas. Y es que el 14 de marzo supuso la parada de este fenómeno tal como la habíamos concebido hasta ahora. Hemos dejado de hacer deporte por medio del extenso tejido de centros y de organizaciones deportivas y se han suspendido todos los eventos. A diferencia del resto de países de nuestro entorno, se ha prohibido también hacer deporte al aire libre, lo que ha evidenciado un cierto desprecio de la concepción del deporte como fuente de salud y bienestar, y también una cierta desconfianza de las autoridades políticas y sanitarias hacia la población y su civismo. El deporte ha quedado relegado al espacio íntimo del hogar y supeditado a la motivación individual y los recursos disponibles.

La gran mayoría de organizaciones del sector deportivo han visto inmersas en una crisis de carácter muy diferente a las vividas con anterioridad, por abrupta (más de 2.500 expedientes de regulación y más de 25.000 afectados en Cataluña en el sector de las actividades deportivas y de entretenimiento) y por la incertidumbre del futuro más inmediato. Las medidas de protección y de distanciamiento social que habrá que adoptar en los próximos meses chocan frontalmente con muchos modelos de negocio exitosos hasta hace poco. La ciudadanía, acostumbrada a hacer deporte desde la proximidad y disfrutar participando o asistiendo a eventos deportivos multitudinarios, deberá también de adaptarse a los nuevos tiempos.

El sector deportivo aún no ha conseguido allanar la curva de la afectación de la Covidien-19. Habrá una gran complicidad entre la población, los tejidos empresarial y asociativo y las administraciones públicas para encarar el futuro con la vitalidad característica del sector y para hacer frente a nuevas barreras de acceso al deporte, especialmente entre los que sufren más vulnerabilidad económica .

Dr. Sixte Abadia i Naudí, director del grado en Gestión Deportiva de la Facultad de Psicología, Ciencias de la Educación y del Deporte Blanquerna-URL

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El valor del periodismo de servicio público

La frase "La primera víctima cuando llega la guerra es la verdad", atribuida a Winston Churchill, aunque, en realidad, fue pronunciada en 1917 por el senador de Estados Unidos Hiram Johnson, toma más sentido que nunca en las circunstancias actuales. Desde el comienzo de la crisis del coronavirus, políticos y militares han comparado la lucha contra la pandemia con una guerra. Más allá del acierto o no en la comparación, lo que se puede constatar es que en el momento de la historia en la que los ciudadanos tienen más información a su alcance, pueden estar más desinformados que nunca.

La desinformación ya no es exclusiva de los diversos actores que, tradicionalmente, han ejercido el monopolio del poder simbólico de distribuir noticias falsas e impulsar acciones de propaganda, manipulación y desinformación. Ahora comparten este poder con nuevos actores con motivaciones diversas: políticas, económicas o, simplemente, como una forma de entretenimiento. Unos y otros, paradójicamente, sin embargo, se retroalimentan. Estos días los ejemplos proliferan y no costaría nada encontrar de todos los colores e ideologías.

Precisamente, en este contexto, el periodismo surge como más necesario que nunca, pero no cualquier periodismo. El periodismo de servicio público con información contrastada, contextualizada y rigurosa que oriente en momentos de saturación informativa como la actual. Varios estudios, como el publicado recientemente por el grupo de Investigación Digilab, muestran que, este periodismo, el ciudadanos lo encuentran en los informativos de las televisiones públicas y en algunas cabeceras tradicionales.

Dr. Pere Massip, profesor de la Facultad de Comunicación y Relaciones Internacionales Blanquerna-URL

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El Príncipe de Maquiavelo en el mundo postmoderno

Desarrollar, racionalizar y gestionar han sido durante varias décadas entre los verbos del discurso global y, en consecuencia, entre las acciones de los actores políticos, sean públicos o privados, implicados en la gobernanza global a todos los niveles, desde el local hasta el supranacional. La pandemia ha sorprendido y ha cogido desprevenidos la totalidad de estos actores, y deja abiertas muchas preguntas: ¿qué ha cambiado ?, ¿qué mundo nos espera ?, ¿cómo influirá esta experiencia en las relaciones entre los diferentes países?

Los estados se posicionan nuevamente al mando de una crisis sin precedentes en tiempos recientes. Avanzan a ciegas, entre estudios improvisados ​​y extemporáneos, y sistemas de salud y de educación pública debilitados por la privatización que siguió el fin de la Guerra Fría y las oposiciones ideológicas del capitalismo y del socialismo, con la pérdida de terreno por parte de la tercera vía del estado del bienestar europeo y, posteriormente, los recortes de austeridad de la última década con la crisis económica de 2008.

Ahora los estados descubren que la educación pública es el arma de que disponen frente al autoritarismo y el populismo, que el sistema sanitario nacional es el ejército frente a las pandemias y que las ciencias son los aliados naturales de cada gobierno, a cualquier nivel. Sin embargo, el desarrollo de las relaciones de la que somos testigos indica que no hay todavía una ruta preferencial establecida: intentan crear colaboraciones nuevas, inesperadas, y también se manifiestan egoísmos preocupantes. El mundo que nos espera depende de cuáles de estas dinámicas internacionales vayan remontando las corrientes con más fuerzas, lo que, a su vez, se ve afectada por las acciones individuales y colectivas de la ciudadanía, de la sociedad civil y de los actores públicos y privados en todos los niveles.

Sabemos que no son las respuestas correctas, sino las preguntas, las que marcan el camino del conocimiento. Y, en la actualidad, mirando el escenario global y los roles de los diferentes actores y niveles, algunas se imponen: ¿el estado se situará en el centro de mando para gobernar la respuesta sociopolítica o ejecutará las pautas marcadas por intereses particulares, sean estos grupos de interés nacionales o globales? ¿El estado controlará constantemente que las respuestas ofrecidas hasta ahora no exasperar las formas de inequidad y las desigualdades existentes, informando de manera transparente la ciudadanía de las motivaciones de las decisiones? ¿O bien se arriesgará a enmarcar las frustraciones de las diversas pérdidas por las que pasan excepcionalmente las poblaciones dentro de nuevos impulsos reaccionarios, populistas y supernacionalistes? Y, por último, quizás la más importante: ¿el estado nos dejará definitivamente en manos de los actores privados en cuanto a la función de protección (véase la oferta de Bill Gates de comprar la vacuna para todos los ciudadanos del mundo), además de las del saber, el conocimiento y la salud? ¿Quién es el Príncipe de Maquiavelo en el mundo postmoderno?

Valeria Bello, profesora del grado en Relaciones Internacionales de Blanquerna-URL

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El descubrimiento de la bioética

En las últimas semanas hemos asistido a una polémica creada por los medios de comunicación sobre la selección de qué personas se trasladan a la UCI. No es algo nuevo, evidentemente. Hay muchas decisiones que se deben tomar diariamente en el ámbito de la salud para que afectan la vida de las personas y esta crisis sanitaria ha evidenciado las carencias y las virtudes del sistema.

Ahora vemos que las cosas se podrían hacer de otra manera, hay que repensar qué nos está pasando para poder cambiarlo, si es necesario. La bioética nos da las herramientas para aplicarlo en el campo de la salud. Uno de los valores añadidos de formarse en Blanquerna es éste: la importancia de las humanidades, formamos profesionales de una determinada manera.

Hay que seguimos planteándonos como mantenemos la dignidad de todas las personas, tengan la edad que tengan, la discapacidad que tengan, la enfermedad que tengan; como seguimos poniendo el foco de nuestra reflexión-acción en la atención integral y centrada en las personas, que incluye el bien común; como repensar una nueva política del cuidar, como eje vertebrador de la salud; como tomamos decisiones conjuntamente con las personas que atendemos, también en el acompañamiento a la muerte, desde la experiencia de la incertidumbre y de la vulnerabilidad. Hay que empezamos, ya, a reconstruir con otra mirada. Es la hora de repensar cuidando.

Xavier Cardona Iguacen, profesor de bioética de la Facultad de Ciencias de la Salud Blanquerna-URL. Miembro del Comité de Ética de Servicios Sociales de Catalunya. Experto en bioética en comités de ética en residencias de la tercera edad

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